Buscando en el la auricula de los recuredos, vi dentro del corazón cosas ke me llamaron mucho la atención. Cosas ke siempre crei ke estaban alli y no me engañaron, pero yo si a ellas...

Primero encontré a la sinceridad... la vi, me miró. Cruzamos miradas y me humedeció los ojos hasta colapsar, allí me di cuenta ke teniendola siempre tan presente la habia olvidado, ke buscando tanta cosa junta la dejé de lado y me dediké a darle descanso cuando ella recién comenzaba a acostumbrarse a mis actitudes diarias... Le pedí perdón y no le prometí nada, sólo le dije ke trataría de estar con ella más tiempo y dejar de ocultarla tanto.
Luego, seguí mirando y vi a mi autoestima... Ella siempre ha sido directa, creo ke eso es lo ke me gusta de ella. Se me acercó y me pegó una cachetada, un puñetazo en el estómago y cuando me doblé del dolor me abrazó y me dijo "No me vuelvas a olvidar, tonto..." Entre mis quejas comprendí su petición y me puse a reir.
Seguí buscando, pero no encontré nada más... Apoyé me abdomen el los bordes de aquel baúl cordial hasta ke me caí en su interior y llegué a una zona donde no veia mucho, pero por lo menos escuchaba mis pasos y comprendía ke era una especie de habitacion amplia por el eco de mis pisadas...

Despues de llevar rato caminando, comprendí ke era la compañía la ke me keria hablar, y yo sólo no me di cuenta de ello, mas ni sikiera la busqué, pero ecos de voces amadas y keridas hicieron reaccionar mis pensamientos y recordar todo lo ke me había entregado antes... fue entonces ke escuché sonrisas y alegrias de esas personitas ke estan siempre contigo y ke olvidas de ves en ves. Fue entonces ke toda esa habitación se iluminó de un blanco tan radiante y asi mismo me encontré en el exterior, rodeado de la gente ke siempre he amado y ke no las busqué por una manía forjada en un espacio del cual no costaba nada salir, más ke el puro kerer hacerlo.