Saben que por accidente o "casualidad" se me quedó el celular en la casa de un amigo y he andado toda la semana sin él, sin personas que me puedan llamar, wasapear, enviar mensajes, etc. Al comienzo me sentí muy incomunicado, digamos hasta el tercer día, al cuarto día observé más los caminos de ida y vuelta al trabajo, las plazas, el sol ¡Las nubes! Comencé a poner atención al comportamiento del resto de la gente, sus conversaciones, -efímeras o no- los gestos y qué expresaban. De verdad sentí que ha sido un mágico despertar ¡Hasta en grupos mi creatividad destaca! En comparación a otros momentos que quizás viajando o estando con amigos hubiera sacado el celular, ahora mi cerebro me da millones de ideas y pensamientos más elaborados que antes se limitaban a simplemente sacar el celular y responder a preguntas.Honestamente, jamás creí que sería tan genial estar incomunicado la mayor parte del día, porque al final de cuentas, al no estar amarrado a la red social, aprendes a disfrutar los momentos y la gente que verdaderamente está a tu alrededor.
¡Has el experimento, no te arrepentirás!
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